En el ámbito filosófico, especialmente dentro de la metafísica y la filosofía de la naturaleza, los términos *natura naturata* y *natura naturans* son conceptos centrales para entender la relación entre el ser creador y lo creado. Estos términos, aunque complejos, permiten explorar cómo se define la existencia, el movimiento y la esencia de las cosas desde una perspectiva ontológica. A continuación, desglosaremos su significado, origen y aplicaciones prácticas.
¿Qué significa natura naturata y natura naturans?
*Natura naturans* y *natura naturata* son términos filosóficos que provienen del latín y se utilizan principalmente en la filosofía escolástica, especialmente en la obra de Santo Tomás de Aquino y otros pensadores medievales. *Natura naturans* se refiere a la naturaleza activa, es decir, la capacidad inmanente de un ser para actuar, moverse y desarrollarse por sí mismo. Por otro lado, *natura naturata* alude a la naturaleza pasiva, aquello que es actuado, transformado o desarrollado por otro.
Estos conceptos son esenciales para entender la dinámica entre el creador y la creación, o entre un sujeto y un objeto en filosofía. Por ejemplo, en el caso de un árbol, su *natura naturans* sería su capacidad innata para crecer, florecer y producir frutos, mientras que su *natura naturata* sería el hecho de que esta capacidad se manifieste en un entorno concreto, gracias a la acción de la tierra, el agua y el sol.
En la filosofía de Aristóteles, estos conceptos también tienen su reflejo en la distinción entre ente y ente actual, o entre potencia y acto. Esta dualidad permite comprender cómo un objeto puede tener una potencialidad (natura naturans) y luego manifestarla en la realidad (natura naturata).
También te puede interesar
La dualidad de la naturaleza en filosofía escolástica
La dualidad entre *natura naturans* y *natura naturata* no es solo una herramienta conceptual, sino una estructura fundamental para explicar la existencia y la acción de los seres. En la filosofía escolástica, esta dualidad ayuda a comprender cómo los seres se diferencian entre sí y cómo interactúan entre sí y con Dios, el primer motor inmóvil.
Por ejemplo, un ser inorgánico como una roca tiene una *natura naturata* pasiva, ya que no puede actuar por sí mismo, mientras que un ser orgánico, como un ser humano, posee una *natura naturans* más desarrollada, permitiéndole no solo actuar, sino también pensar, decidir y crear. Esta distinción es clave para establecer una jerarquía ontológica entre los seres vivos y los no vivos.
Además, en el marco de la teología cristiana, *natura naturans* también puede aplicarse a Dios, quien, al no necesitar nada para existir, es su propia naturaleza activa. En cambio, los seres creados dependen de la acción divina para manifestar su *natura naturata*, es decir, para existir y desarrollarse.
Aplicaciones en la filosofía de la acción humana
Una de las aplicaciones más interesantes de estos conceptos es en la filosofía de la acción humana, donde se explora cómo los individuos actúan desde su propia naturaleza activa. La *natura naturans* del hombre no solo incluye funciones biológicas, sino también la capacidad de razonar, elegir y actuar moralmente.
Por ejemplo, en la filosofía de Tomás de Aquino, el hombre posee una *natura naturans* que le permite actuar de manera libre, pero esta libertad está siempre condicionada por su naturaleza pasiva, es decir, por las circunstancias externas y las limitaciones físicas o sociales. Esta dualidad permite entender por qué no todo acto humano es plenamente libre, sino que depende de múltiples factores internos y externos.
Ejemplos claros de natura naturans y natura naturata
Para comprender mejor estos conceptos, es útil recurrir a ejemplos concretos. Por ejemplo, consideremos una planta:
- Natura naturans: La planta tiene la capacidad innata para crecer, producir flores y frutos, siempre que las condiciones ambientales lo permitan.
- Natura naturata: La planta efectivamente crece y se desarrolla gracias a la acción de la luz solar, el agua y los minerales del suelo.
Otro ejemplo puede ser un niño:
- Natura naturans: Posee la capacidad innata de aprender, hablar, caminar y desarrollar habilidades cognitivas.
- Natura naturata: Estas capacidades se manifiestan gracias a la educación, el entorno familiar y la nutrición adecuada.
En el caso de un animal, como un perro:
- Natura naturans: Capacidad de correr, cazar y socializar con otros animales.
- Natura naturata: Desarrolla estas habilidades gracias a la interacción con su entorno y el aprendizaje.
El concepto de potencia y acto en filosofía
La distinción entre *natura naturans* y *natura naturata* se relaciona estrechamente con el concepto aristotélico de *potencia* y *acto*. Según Aristóteles, todo ser está compuesto por una potencia (capacidad de ser o hacer algo) y un acto (realización de esa potencia). Esta dualidad permite entender cómo un objeto puede tener una potencialidad y luego manifestarla en la realidad.
Por ejemplo, una semilla tiene la potencia de convertirse en un árbol, pero esta potencia solo se convierte en acto si se le proporciona luz, agua y nutrientes adecuados. En este caso, la *natura naturans* de la semilla es su potencia, mientras que su *natura naturata* es el acto de crecer y desarrollarse.
Este concepto también es aplicable al hombre. Un niño tiene la potencia de aprender y desarrollarse, pero esta potencia se convierte en acto gracias a la educación y el entorno. La *natura naturans* y la *natura naturata* son, por tanto, dos caras de la misma moneda: la posibilidad y la realización de un ser.
Una recopilación de autores que usaron estos conceptos
Muchos filósofos y teólogos han utilizado los conceptos de *natura naturans* y *natura naturata* en su obra. Entre los más destacados se encuentran:
- Aristóteles: Aunque no usó estos términos exactamente, sentó las bases con su teoría de *potencia* y *acto*.
- Tomás de Aquino: En su *Suma Teológica*, desarrolla estos conceptos para explicar la relación entre Dios y los seres creados.
- Duns Scoto: Utilizó estos términos para profundizar en la teología de la creación y la acción divina.
- San Agustín: Aunque no usó los términos en este contexto, exploró ideas similares en su teología sobre la gracia y la naturaleza humana.
- Descartes: En ciertos aspectos, su filosofía dualista también puede interpretarse a través de estas nociones, aunque con enfoques distintos.
El papel de la naturaleza en la acción humana
La acción humana puede entenderse a través de la dualidad entre *natura naturans* y *natura naturata*. Por un lado, los seres humanos tienen una *natura naturans* que les permite actuar libremente, tomar decisiones y crear. Por otro lado, estas acciones solo se realizan en la medida en que el entorno les permite hacerlo, es decir, en su *natura naturata*.
Esta distinción ayuda a comprender por qué no siempre se cumple lo que se desea. Por ejemplo, una persona puede tener la intención de correr una maratón (*natura naturans*), pero si su salud no lo permite, esta intención no se traduce en acción (*natura naturata*). De igual manera, si un estudiante tiene la capacidad de aprender (*natura naturans*), pero no tiene acceso a los recursos educativos necesarios, su potencial no se desarrollará plenamente.
En este sentido, los conceptos filosóficos de *natura naturans* y *natura naturata* son herramientas útiles para analizar la relación entre libertad, determinismo y acción en el ámbito ético y práctico.
¿Para qué sirve el concepto de natura naturans y natura naturata?
Estos conceptos son útiles para varias disciplinas, incluyendo la filosofía, la teología, la biología y la ética. En filosofía, permiten explicar la dinámica entre el ser y el hacer, entre lo posible y lo realizado. En teología, ayudan a comprender la relación entre Dios y la creación, así como la naturaleza activa de Dios como primer motor inmóvil.
En biología, estos conceptos pueden aplicarse para entender cómo los organismos poseen una capacidad innata para desarrollarse (*natura naturans*), pero necesitan un entorno adecuado para hacerlo (*natura naturata*). En ética, sirven para analizar cómo las decisiones humanas se ven influenciadas tanto por la libertad individual como por las circunstancias externas.
En resumen, *natura naturans* y *natura naturata* son herramientas conceptuales que ayudan a estructurar el pensamiento sobre la existencia, la acción y la interacción entre los seres.
El concepto de potencialidad y realización en filosofía
El uso de los términos *natura naturans* y *natura naturata* se puede relacionar con el concepto más general de *potencialidad* y *realización*. En filosofía, esta dualidad se usa para explicar cómo un objeto o ser puede tener una capacidad latente (*potencia*) y luego manifestarla en la realidad (*acto*).
Por ejemplo, una persona puede tener la potencia de tocar el piano, pero esta potencia solo se convierte en acto si recibe formación y práctica. De igual manera, un estudiante puede tener la potencia de aprender, pero si no tiene acceso a una educación adecuada, esta potencia no se desarrollará.
Este enfoque permite entender que la acción humana no depende únicamente de la voluntad, sino también de las condiciones externas que hacen posible la realización de esa voluntad. En este contexto, *natura naturans* y *natura naturata* son dos caras de un mismo proceso: el de la manifestación de la existencia.
La dinámica entre ser y hacer en la filosofía
La relación entre *natura naturans* y *natura naturata* también se puede entender como una dinámica entre *ser* y *hacer*. En la filosofía, esta distinción ayuda a comprender cómo un ser puede tener una capacidad interna (*natura naturans*) y luego actuar sobre el mundo (*natura naturata*).
Por ejemplo, un artesano tiene una *natura naturans* que le permite crear, pero solo puede manifestar esta capacidad si tiene los materiales, herramientas y conocimientos necesarios (*natura naturata*). De igual manera, un científico tiene la capacidad de investigar (*natura naturans*), pero necesita acceso a laboratorios, bibliotecas y colaboradores para llevar a cabo su trabajo (*natura naturata*).
Esta dualidad permite entender que la acción no es solo una cuestión de voluntad, sino también de circunstancias. En este sentido, *natura naturans* y *natura naturata* son dos aspectos esenciales para comprender la existencia y la acción humana.
El significado de los términos natura naturans y natura naturata
Los términos *natura naturans* y *natura naturata* tienen un significado profundo y específico dentro de la filosofía escolástica. *Natura naturans* se traduce como naturaleza que hace actuar, es decir, la capacidad interna de un ser para actuar por sí mismo. *Natura naturata*, por su parte, se traduce como naturaleza que es actuada, es decir, la capacidad de un ser para ser transformado o desarrollado por otro.
Estos conceptos son clave para entender cómo se desarrollan los seres. Por ejemplo, un ser inorgánico como una roca no tiene una *natura naturans*, ya que no puede actuar por sí mismo, pero sí tiene una *natura naturata*, ya que puede ser transformada por fuerzas externas como el viento o el agua. En cambio, un ser humano tiene ambas naturalezas: puede actuar por sí mismo (*natura naturans*) y también puede ser influenciado por el entorno (*natura naturata*).
En este sentido, la distinción entre estos dos conceptos permite comprender la relación entre la autonomía y la dependencia, entre la acción y la pasividad, en la existencia de los seres.
¿Cuál es el origen histórico de los términos natura naturans y natura naturata?
El origen de los términos *natura naturans* y *natura naturata* se remonta a la filosofía griega y fue desarrollado posteriormente en la filosofía escolástica medieval. Aristóteles fue uno de los primeros en proponer ideas similares, aunque no usó estos términos exactamente. En su obra *Metafísica*, Aristóteles habla de la distinción entre *potencia* y *acto*, que se relaciona directamente con estos conceptos.
Durante la Edad Media, filósofos como Tomás de Aquino y Duns Scoto desarrollaron estos conceptos en el marco de la teología cristiana. Tomás de Aquino, en particular, los utilizó para explicar la relación entre Dios y los seres creados. Según Aquino, Dios es su propia naturaleza activa (*natura naturans*), mientras que los seres creados dependen de Él para manifestar su *natura naturata*.
Esta dualidad también fue utilizada para explicar la relación entre el alma y el cuerpo, entre la libertad y las circunstancias externas, y entre la potencia y el acto en la filosofía de la existencia.
La dualidad en la filosofía de la existencia
La dualidad entre *natura naturans* y *natura naturata* también se puede aplicar a la filosofía de la existencia para entender cómo los seres existen y actúan. En este contexto, *natura naturans* representa la capacidad de un ser para existir y actuar por sí mismo, mientras que *natura naturata* representa la necesidad de depender de otros o de condiciones externas para manifestar esa existencia.
Por ejemplo, un ser humano tiene una *natura naturans* que le permite pensar, decidir y actuar libremente, pero esta libertad solo se realiza si el entorno le permite hacerlo (*natura naturata*). De igual manera, un animal tiene la capacidad de moverse y buscar alimento (*natura naturans*), pero necesita un entorno adecuado para hacerlo (*natura naturata*).
Esta distinción permite entender que la existencia no es solo una cuestión de potencia, sino también de circunstancias. En este sentido, *natura naturans* y *natura naturata* son dos aspectos esenciales para comprender cómo los seres interactúan con el mundo y con otros seres.
¿Cómo se relacionan estos conceptos con la acción humana?
La acción humana puede entenderse como una combinación de *natura naturans* y *natura naturata*. Por un lado, los seres humanos tienen una *natura naturans* que les permite actuar libremente, tomar decisiones y crear. Por otro lado, estas acciones solo se realizan si el entorno les permite hacerlo, es decir, si tienen acceso a los recursos, herramientas y condiciones necesarias (*natura naturata*).
Por ejemplo, una persona puede tener la intención de construir una casa (*natura naturans*), pero si no tiene los materiales, herramientas o conocimientos necesarios, esta intención no se traduce en acción (*natura naturata*). De igual manera, un artista puede tener la capacidad de pintar (*natura naturans*), pero si no tiene acceso a pinturas o lienzo, no podrá hacerlo (*natura naturata*).
En este sentido, la distinción entre estos dos conceptos ayuda a comprender que la acción humana no depende únicamente de la voluntad, sino también de las circunstancias externas que hacen posible su realización.
Cómo usar los términos natura naturans y natura naturata
Para utilizar correctamente los términos *natura naturans* y *natura naturata*, es necesario entender su contexto filosófico y aplicarlo a ejemplos concretos. Por ejemplo, en un análisis filosófico de la educación, se puede decir que un estudiante tiene una *natura naturans* que le permite aprender, pero esta capacidad solo se desarrolla si tiene acceso a una enseñanza adecuada (*natura naturata*).
También se pueden aplicar a la teología para explicar la relación entre Dios y los seres creados. En este contexto, Dios es su propia *natura naturans*, ya que no depende de nada para existir, mientras que los seres creados dependen de Él para manifestar su *natura naturata*.
En resumen, estos términos son herramientas conceptuales que permiten estructurar el pensamiento sobre la existencia, la acción y la relación entre los seres. Su uso requiere una comprensión clara de su significado y contexto filosófico.
Aplicaciones prácticas en la educación
Una de las aplicaciones prácticas más importantes de estos conceptos es en el ámbito de la educación. En este contexto, se puede entender que un estudiante tiene una *natura naturans* que le permite aprender, pero esta capacidad solo se desarrolla si el entorno educativo es adecuado (*natura naturata*).
Por ejemplo, un niño puede tener la capacidad de aprender matemáticas (*natura naturans*), pero si no tiene un buen profesor, libros o recursos, esta capacidad no se desarrollará plenamente (*natura naturata*). Por otro lado, si se le brinda una educación de calidad, su *natura naturans* se manifestará en forma de conocimientos y habilidades.
Este enfoque permite entender que la educación no solo depende del estudiante, sino también del entorno que le rodea. En este sentido, *natura naturans* y *natura naturata* son herramientas útiles para analizar cómo se desarrolla el potencial humano.
Reflexión final sobre la dualidad filosófica
La dualidad entre *natura naturans* y *natura naturata* es una herramienta conceptual poderosa para entender la existencia y la acción de los seres. Esta distinción permite comprender cómo un ser puede tener una capacidad interna (*natura naturans*) y cómo esta capacidad se manifiesta en la realidad (*natura naturata*).
En la vida cotidiana, esta dualidad se aplica a muchos aspectos, desde la educación hasta la acción moral, pasando por la biología y la teología. En cada caso, la relación entre la potencia y el acto, entre la capacidad y la realización, es esencial para comprender cómo los seres interactúan con el mundo y con otros seres.
Por último, estos conceptos nos invitan a reflexionar sobre nuestra propia existencia y sobre cómo nuestras acciones están influenciadas por factores internos y externos. En este sentido, *natura naturans* y *natura naturata* no solo son herramientas filosóficas, sino también claves para comprender la complejidad de la vida humana.
Raquel es una decoradora y organizadora profesional. Su pasión es transformar espacios caóticos en entornos serenos y funcionales, y comparte sus métodos y proyectos favoritos en sus artículos.
INDICE