En el ámbito del análisis lingüístico y de la comunicación, el concepto de concordancia o coincidencia del discurso es fundamental para entender cómo se construye el significado en los textos. Este fenómeno se refiere a la manera en que los elementos gramaticales, como género, número o persona, se alinean entre sí para garantizar coherencia y claridad en la comunicación. A continuación, exploraremos en profundidad este tema, con ejemplos claros y explicaciones detalladas.
¿Qué significa concordar el discurso?
Concordar el discurso, o hacer coincidir el discurso, es un término utilizado para describir la relación coherente entre los elementos que conforman una oración o un texto. En español, esto se traduce en la coincidencia entre sustantivos, adjetivos, verbos y pronombres en género y número, así como en la persona y el tiempo verbal.
Por ejemplo, en la oración El niño alto corre por el parque, el adjetivo alto concuerda con el sustantivo niño en género masculino y número singular, y el verbo corre concuerda con el sujeto el niño en persona (tercera persona singular) y tiempo (presente). Esta concordancia es esencial para evitar confusiones y asegurar que el mensaje sea comprensible.
Un dato interesante es que el concepto de concordancia no solo aplica al español, sino que es una característica fundamental de muchas lenguas romances y de otras lenguas del mundo. En latín, por ejemplo, la concordancia era aún más compleja, ya que los adjetivos tenían que concordar con los sustantivos en género, número y caso.
También te puede interesar
La importancia de la coincidencia en el discurso escrito
La coincidencia en el discurso no solo es una regla gramatical, sino una herramienta fundamental para la claridad y el rigor en la comunicación escrita. Cuando los elementos gramaticales no coinciden, el lector puede sentirse confundido o incluso interpretar el mensaje de manera incorrecta.
Por ejemplo, si escribimos La casa rojo tiene un jardín, el adjetivo rojo no concuerda en género con el sustantivo casa, lo que resulta en un error gramatical evidente. Este tipo de errores no solo afectan la corrección del texto, sino también la credibilidad del autor.
Además, la concordancia ayuda a mantener el ritmo y la estructura del discurso, especialmente en textos largos como artículos, ensayos o novelas. Un texto bien construido, con una concordancia adecuada, fluye de manera natural, facilitando la comprensión del lector y permitiendo que se enfoque en el contenido más que en los errores.
Concordancia morfológica y sintáctica
La coincidencia del discurso puede analizarse desde dos perspectivas principales: la morfológica y la sintáctica. La morfología se refiere a la forma de las palabras, es decir, cómo cambian según su uso en la oración. Por ejemplo, el verbo ser cambia de forma según el sujeto: yo soy, tú eres, él es. Estas variaciones son esenciales para la concordancia morfológica.
Por otro lado, la concordancia sintáctica se refiere a la relación entre los elementos de la oración, como el sujeto y el verbo. Un ejemplo clásico es cuando el verbo tiene que concordar con el sujeto en número: Los niños corren (plural) vs. El niño corre (singular). Si no se respeta esta concordancia, el mensaje puede resultar incoherente o confuso.
Ejemplos de concordancia del discurso
Para comprender mejor este concepto, veamos algunos ejemplos claros de concordancia en el discurso:
- Concordancia de género y número:
- El perro bonito corre por el jardín. (masculino singular)
- Las niñas bonitas corren por el jardín. (femenino plural)
- Concordancia de persona y tiempo verbal:
- Yo hablo español. (primera persona singular, presente)
- Ellos hablarán español. (tercera persona plural, futuro)
- Concordancia entre sustantivo y adjetivo:
- El coche rojo es rápido. (masculino singular)
- Las casas grandes son bonitas. (femenino plural)
- Concordancia entre sujeto y verbo:
- Ella canta. (tercera persona singular)
- Nosotros cantamos. (primera persona plural)
Estos ejemplos muestran cómo la concordancia afecta a cada parte de la oración y cómo su correcta aplicación permite una comunicación precisa y efectiva.
Concepto de concordancia en la lingüística
Desde el punto de vista de la lingüística, la concordancia es una propiedad gramatical que establece relaciones de dependencia entre palabras en una oración. Estas relaciones pueden ser obligatorias, como en el caso de los adjetivos y los sustantivos, o facultativas, como en algunos casos de los pronombres.
Un ejemplo interesante es el uso del pronombre relativo que, que a menudo concuerda con el sustantivo que modifica en género y número. Por ejemplo: El libro que leí es interesante (masculino singular), Las chicas que vimos son amables (femenino plural).
Además, la concordancia también puede aplicarse a otros elementos como los determinantes, los gerundios y los participios. Por ejemplo, en la oración La persona que habla es mi amiga, el gerundio habla concuerda con el sujeto la persona en género y número.
Recopilación de ejemplos de concordancia
A continuación, presentamos una lista de ejemplos que ilustran diferentes tipos de concordancia:
- Concordancia de género y número:
- El hombre alto camina por la calle.
- Las mujeres altas caminan por la calle.
- Concordancia de persona y tiempo:
- Tú eres mi amigo.
- Ellos serán mis amigos.
- Concordancia entre adjetivo y sustantivo:
- El coche rojo es rápido.
- Las casas grandes son bonitas.
- Concordancia entre sujeto y verbo:
- El niño corre.
- Los niños corren.
- Concordancia entre pronombre y sustantivo:
- Ella es mi hermana.
- Ellos son mis hermanos.
- Concordancia en frases con que:
- El hombre que vino es mi amigo.
- Las chicas que vinieron son mis amigas.
- Concordancia con gerundios:
- El niño hablando es amable.
- Los niños hablando son amables.
- Concordancia con participios:
- El coche roto no funciona.
- Las casas rotas no funcionan.
Estos ejemplos son útiles para practicar y comprender cómo se aplica la concordancia en diferentes contextos.
La coincidencia en el discurso escrito y hablado
La coincidencia en el discurso es igual de relevante en el habla cotidiana que en la escritura formal. Aunque en el habla se permiten ciertas licencias y contracciones, la concordancia sigue siendo fundamental para garantizar la claridad del mensaje.
En el habla coloquial, por ejemplo, es común oír frases como El perro bonito corre, donde el adjetivo concuerda con el sustantivo, o Ella canta, donde el verbo concuerda con el sujeto. Sin embargo, en contextos formales, como en una presentación o un discurso público, es esencial mantener una concordancia impecable para proyectar profesionalidad y confianza.
En la escritura, la importancia de la concordancia es aún mayor, ya que no hay intonación ni gestos para ayudar al lector a interpretar el mensaje. Un error de concordancia en un documento oficial o en un contrato legal puede tener consecuencias serias, por lo que se recomienda siempre revisar el texto cuidadosamente antes de su publicación o envío.
¿Para qué sirve la concordancia en el discurso?
La concordancia en el discurso sirve principalmente para garantizar la coherencia, la claridad y la precisión del mensaje comunicado. Su correcta aplicación permite que el lector o oyente entienda sin ambigüedades lo que se quiere decir.
Por ejemplo, en un texto instructivo como un manual de uso, la concordancia es esencial para evitar confusiones. Si se escribe Los pasos que se deben seguir son los siguientes, el verbo seguir concuerda con el sujeto pasos en número plural, lo que facilita la comprensión del lector.
En el ámbito académico, la concordancia también es clave. Un ensayo con errores de concordancia puede ser malinterpretado o incluso descartado por los revisores, ya que refleja falta de rigor y atención al detalle. Por lo tanto, dominar la concordancia es una habilidad esencial para cualquier escritor o comunicador.
Variantes y sinónimos de concordar el discurso
En lugar de usar la expresión concordar el discurso, también se puede decir hacer coincidir los elementos gramaticales, garantizar la coherencia sintáctica o asegurar la concordancia morfológica. Estos términos son sinónimos que se utilizan en contextos lingüísticos y pedagógicos.
Por ejemplo, en un curso de gramática, un profesor puede explicar: Es importante garantizar la coherencia sintáctica en el texto para evitar confusiones. En este caso, garantizar la coherencia sintáctica es una forma alternativa de referirse a la concordancia del discurso.
También es común escuchar frases como asegúrate de que los adjetivos concuerden con los sustantivos o los verbos deben coincidir con sus sujetos. Estas expresiones son útiles para reforzar la importancia de la concordancia en la escritura y el habla.
La coincidencia en el discurso y la comunicación efectiva
La coincidencia en el discurso no solo es una regla gramatical, sino una herramienta poderosa para la comunicación efectiva. Un texto bien construido, con una concordancia adecuada, transmite el mensaje con claridad y precisión, lo que facilita la comprensión del lector o oyente.
Por ejemplo, en un discurso político, la concordancia ayuda al orador a proyectar confianza y profesionalismo. Si el político comete errores de concordancia, puede perder la atención del público o incluso ser cuestionado por su preparación. Por el contrario, un discurso bien elaborado, con una concordancia impecable, puede ganar el respeto y la admiración del público.
En el ámbito del marketing, también es fundamental. Un anuncio publicitario con errores de concordancia puede ser percibido como poco profesional y, en consecuencia, no lograr el impacto deseado. Por eso, muchas empresas contratan redactores y correctores especializados para garantizar que sus mensajes sean claros, coherentes y efectivos.
¿Qué es la concordancia del discurso?
La concordancia del discurso es el fenómeno lingüístico por el cual los elementos de una oración se alinean entre sí en términos de género, número, persona y tiempo. Esta alineación garantiza que el mensaje sea coherente y comprensible, tanto en el habla como en la escritura.
Para entender mejor este concepto, podemos desglosarlo en sus componentes principales:
- Concordancia de género: El adjetivo debe concordar en género con el sustantivo que modifica. Por ejemplo: El coche rojo (masculino), La casa grande (femenino).
- Concordancia de número: Los elementos de la oración deben concordar en singular o plural. Por ejemplo: El niño corre (singular), Los niños corren (plural).
- Concordancia de persona: El verbo debe concordar con el sujeto en primera, segunda o tercera persona. Por ejemplo: Yo hablo, Tú hablas, Él habla.
- Concordancia de tiempo: El verbo debe indicar el tiempo en que ocurre la acción: presente, pasado o futuro. Por ejemplo: Hablo, Hablé, Hablaré.
- Concordancia entre sustantivo y adjetivo: El adjetivo debe adaptarse al género y número del sustantivo. Por ejemplo: El niño alto, Las niñas altas.
Cada uno de estos elementos es esencial para construir oraciones coherentes y efectivas. La concordancia del discurso, por tanto, no es solo una regla gramatical, sino una herramienta fundamental para la comunicación clara y precisa.
¿De dónde proviene el concepto de concordancia en el discurso?
El concepto de concordancia tiene sus raíces en la gramática tradicional, que se desarrolló especialmente en la Edad Media y el Renacimiento. Los estudiosos de la época, influenciados por la gramática latina, establecieron las reglas que rigen la concordancia en las lenguas romances, como el español.
En la antigua Roma, la concordancia era una regla fundamental en el latín clásico, donde los adjetivos, los pronombres y los verbos tenían que concordar con los sustantivos en género, número y caso. Esta complejidad se heredó a las lenguas romances, aunque con ciertas simplificaciones.
Con el tiempo, los lingüistas han estudiado y sistematizado estas reglas para facilitar su enseñanza y aprendizaje. Hoy en día, la concordancia sigue siendo un tema central en la enseñanza de la lengua, tanto en el ámbito académico como en el profesional.
Concordancia del discurso: sinónimos y expresiones equivalentes
Además de concordar el discurso, existen varias expresiones y sinónimos que se utilizan para referirse a este fenómeno. Algunos de los más comunes incluyen:
- Coincidir los elementos gramaticales.
- Ajustar el verbo al sujeto.
- Hacer concordar los adjetivos con los sustantivos.
- Garantizar la coherencia sintáctica.
- Asegurar la concordancia morfológica.
Estas expresiones son útiles en contextos pedagógicos, lingüísticos y editoriales para describir el mismo fenómeno desde diferentes perspectivas. Por ejemplo, un profesor puede decir: Es importante ajustar el verbo al sujeto para evitar errores de concordancia.
En el ámbito de la edición, es común escuchar frases como Hemos revisado el texto para garantizar la coherencia sintáctica, lo que implica que se ha verificado que todos los elementos gramaticales estén en concordancia.
¿Cómo afecta la concordancia a la comprensión del lector?
La concordancia tiene un impacto directo en la comprensión del lector. Un texto con errores de concordancia puede generar confusión, malinterpretaciones o incluso frustración. Por ejemplo, si se escribe El perro bonito corre, el lector no tiene problemas para entender, pero si se escribe El perro bonita corre, el adjetivo no concuerda en género con el sustantivo, lo que hace que el texto sea incomprensible o incorrecto.
En textos largos, como artículos académicos o novelas, la concordancia ayuda a mantener el flujo del discurso. Un error en una oración puede interrumpir la lectura y hacer que el lector se detenga a analizar el texto, perdiendo el hilo de la narrativa o el argumento.
En el ámbito profesional, la concordancia también es clave. Un informe con errores de concordancia puede ser malinterpretado por los lectores, lo que puede llevar a decisiones equivocadas o a un mal uso de la información. Por eso, es fundamental revisar los textos cuidadosamente antes de su publicación o envío.
Cómo usar la concordancia del discurso y ejemplos de uso
Para usar correctamente la concordancia del discurso, es necesario seguir algunas pautas básicas:
- Concordar el adjetivo con el sustantivo en género y número.
- Ejemplo: El niño alto corre por el parque (masculino singular), Las niñas altas corren por el parque (femenino plural).
- Concordar el verbo con el sujeto en persona y número.
- Ejemplo: Yo hablo español (primera persona singular), Ellos hablan español (tercera persona plural).
- Concordar el pronombre con el sustantivo que representa.
- Ejemplo: El coche rojo es rápido (masculino singular), Las casas grandes son bonitas (femenino plural).
- Concordar el gerundio o el participio con el sujeto.
- Ejemplo: El niño hablando es amable (masculino singular), Los niños hablando son amables (masculino plural).
- Concordar los determinantes con el sustantivo.
- Ejemplo: El coche rojo es rápido (masculino singular), Las casas grandes son bonitas (femenino plural).
Estos ejemplos son útiles para practicar y comprender cómo se aplica la concordancia en diferentes contextos. Al dominar estas reglas, se puede escribir y hablar con mayor claridad y precisión.
Errores comunes de concordancia y cómo evitarlos
A pesar de que la concordancia es una regla fundamental, es común encontrar errores en textos tanto escritos como hablados. Algunos de los errores más frecuentes incluyen:
- Errores de género en adjetivos:
- Incorrecto: El coche rojo es bonita. (El adjetivo bonita no concuerda en género con el sustantivo masculino coche).
- Correcto: El coche rojo es bonito.
- Errores de número:
- Incorrecto: Las chicas alto corren por el parque. (El adjetivo alto no concuerda en número con el sustantivo plural chicas).
- Correcto: Las chicas altas corren por el parque.
- Errores de persona y tiempo verbal:
- Incorrecto: Ellos hablo español. (El verbo hablo no concuerda con el sujeto plural ellos).
- Correcto: Ellos hablan español.
- Errores en frases con que:
- Incorrecto: El hombre que vino es mi amigo. (El pronombre relativo que no concuerda con el sustantivo hombre).
- Correcto: El hombre que vino es mi amigo. (En este caso, que no concuerda, pero es una excepción permitida en el habla coloquial).
- Errores con gerundios y participios:
- Incorrecto: El niño hablando es amable. (El gerundio hablando no concuerda con el sujeto el niño).
- Correcto: El niño hablando es amable. (En este caso, el gerundio no concuerda, pero es una licencia gramatical aceptada en el habla coloquial).
Para evitar estos errores, es importante revisar los textos con atención, practicar con ejercicios y, en caso necesario, consultar a un profesor o editor especializado.
La concordancia del discurso en la educación
En el ámbito educativo, la concordancia del discurso es una competencia clave que se enseña desde los primeros años de la escuela primaria. Los profesores introducen conceptos básicos como el género y el número, y luego avanzan hacia aspectos más complejos como la concordancia de persona y tiempo verbal.
En la escuela primaria, los niños aprenden a identificar los elementos de la oración y a hacerlos coincidir correctamente. Por ejemplo, se les enseña que el adjetivo debe concordar con el sustantivo en género y número, y que el verbo debe concordar con el sujeto en persona y número.
En la secundaria, el enfoque se amplía para incluir elementos como los pronombres relativos, los gerundios y los participios. Los estudiantes practican con ejercicios y textos para reforzar estos conceptos y desarrollar una escritura más precisa y coherente.
En la universidad, la concordancia sigue siendo un tema relevante, especialmente en asignaturas como lengua, literatura y periodismo. Los estudiantes son evaluados no solo por el contenido de sus trabajos, sino también por su capacidad para escribir con corrección y claridad.
Jessica es una chef pastelera convertida en escritora gastronómica. Su pasión es la repostería y la panadería, compartiendo recetas probadas y técnicas para perfeccionar desde el pan de masa madre hasta postres delicados.
INDICE