La etapa de la adultez emergente es una transición vital que se sitúa entre la adolescencia y el pleno desarrollo adulto. En este artículo exploraremos con profundidad qué implica esta fase, cuáles son sus características principales y cómo se manifiesta en la vida personal, social y profesional de las personas. Entender esta etapa es clave para apoyar a quienes la atraviesan, ya que conlleva tanto oportunidades como desafíos únicos.
¿Qué es la adultez emergente?
La adultez emergente es un concepto sociológico y psicológico que describe una etapa de la vida que se extiende desde los 18 hasta los 29 años aproximadamente. Durante este periodo, los individuos experimentan una serie de cambios significativos en sus roles, responsabilidades y toma de decisiones, mientras buscan su lugar en el mundo laboral, sentimental y social.
Esta etapa no se limita al crecimiento físico, sino que incluye un desarrollo emocional, intelectual y social complejo. Muchos jóvenes en esta fase están en proceso de formación académica, exploración profesional o búsqueda de identidad, lo que hace que su estabilidad emocional y económica sea a menudo inestable.
Un dato interesante es que el término adultez emergente fue acuñado por los sociólogos Jeffrey Arnett y Laura Schachter en los años 90, como respuesta a la observación de que los jóvenes no estaban entrando directamente al mundo adulto tras finalizar la educación secundaria, sino que estaban atravesando una fase intermedia distinta. Esto reflejaba cambios culturales, como el aumento en la edad promedio para casarse, tener hijos o alcanzar cierto nivel de independencia económica.
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La transición entre juventud y adultez
La adultez emergente puede verse como una especie de puente entre la adolescencia y la adultez plena. En esta etapa, los jóvenes comienzan a asumir más responsabilidades, como la gestión de su vida financiera, la toma de decisiones importantes sobre su futuro profesional y la construcción de relaciones más estables. Sin embargo, también enfrentan la incertidumbre de no tener aún un rumbo definido, lo que puede generar estrés y ansiedad.
Un aspecto clave es que los individuos en esta etapa tienden a explorar diferentes identidades, estilos de vida y valores. Esta búsqueda puede manifestarse en cambios frecuentes de residencia, de pareja, de carrera o de estilo personal. Aunque esto puede ser visto como inestabilidad, también es una forma de crecimiento y aprendizaje, ya que permite a los jóvenes descubrir qué les apasiona y qué tipo de vida desean construir.
Esta etapa también está marcada por una mayor autonomía. A diferencia de la adolescencia, donde las decisiones a menudo están influenciadas por los padres o por la escuela, ahora los jóvenes toman decisiones basadas en sus propios intereses y prioridades. Esto no siempre se traduce en una independencia total, pero sí en una mayor capacidad para navegar por el mundo sin la supervisión constante de los adultos.
Factores culturales y económicos que influyen en la adultez emergente
La adultez emergente no es una experiencia universal, sino que varía según el contexto cultural, económico y social en el que se vive. En sociedades con mayor acceso a la educación superior, por ejemplo, es más común que los jóvenes prolonguen su formación académica, lo que retrasa la entrada al mercado laboral y la estabilidad económica. En otros contextos, donde el empleo es más accesible, los jóvenes pueden comenzar a trabajar antes y asumir roles adultos más rápidamente.
Además, el crecimiento de las redes sociales y la tecnología ha modificado la forma en que los jóvenes en esta etapa construyen su identidad y se relacionan con los demás. Las plataformas digitales ofrecen espacios para la expresión personal, pero también pueden generar presión por la imagen idealizada, lo que afecta la autoestima y el bienestar emocional.
Ejemplos de la adultez emergente en la vida real
Para entender mejor la adultez emergente, podemos observar casos concretos de personas que la atraviesan. Por ejemplo, una persona de 22 años que acaba de terminar la universidad y está buscando su primer trabajo puede estar en una fase de exploración profesional. Durante este proceso, puede probar diferentes empleos, cambiar de residencia para acercarse a oportunidades laborales o decidir hacer una pasantía en otro país.
Otro ejemplo es el de un joven de 25 años que vive con sus padres mientras continúa estudiando un posgrado. Aunque está en una etapa de estudio, ya está gestionando su vida financiera, planificando su futuro y tomando decisiones sobre su salud y bienestar. Este tipo de situaciones refleja la complejidad de la adultez emergente, donde no siempre se tiene total independencia, pero sí se asume una mayor responsabilidad.
También es común encontrar personas en esta etapa que están en relaciones sentimentales más serias, que empiezan a considerar el matrimonio o la paternidad, o que están explorando diferentes filosofías de vida. Cada uno de estos ejemplos muestra cómo la adultez emergente es una etapa de múltiples posibilidades y desafíos.
El concepto de la búsqueda de identidad
Una de las características más definitorias de la adultez emergente es la búsqueda de identidad. En esta etapa, los jóvenes no solo buscan su lugar en el mundo laboral, sino también su rol en la sociedad y su sentido personal de quién son. Esta búsqueda puede manifestarse en cambios de apariencia, en la elección de hobbies o actividades, y en la forma en que interactúan con los demás.
La identidad en la adultez emergente no es fija, sino en constante evolución. Por ejemplo, una persona puede identificarse como artista, emprendedor, activista o profesional en distintos momentos, dependiendo de sus experiencias y valores. Esta flexibilidad es una fortaleza, ya que permite adaptarse a los cambios y seguir aprendiendo.
Es importante destacar que esta búsqueda no siempre es lineal. Puede haber retrocesos, confusiones e incluso frustraciones. Sin embargo, al final, este proceso de descubrimiento ayuda a construir una identidad más sólida y auténtica, que servirá de base para la adultez plena.
Cinco características clave de la adultez emergente
- Exploración profesional y académica: Muchos jóvenes en esta etapa están en proceso de formación o están probando diferentes trabajos para encontrar su vocación.
- Autonomía creciente: Aunque no siempre es completa, los jóvenes empiezan a tomar decisiones por sí mismos, como gestionar su dinero, elegir donde vivir o qué estudiar.
- Búsqueda de identidad personal: Esta etapa es crucial para descubrir quiénes son, qué les apasiona y qué valores priorizan.
- Estabilidad emocional variable: Debido a los cambios constantes en su vida, los jóvenes pueden experimentar altibajos emocionales, lo que es normal y parte del proceso.
- Construcción de relaciones adultas: En esta fase, las relaciones sentimentales, amistosas y profesionales comienzan a tomar una forma más seria y comprometida.
La adultez emergente en el contexto actual
En la sociedad moderna, la adultez emergente se ha vuelto más compleja debido a los cambios en el mercado laboral, la educación y la tecnología. Los jóvenes enfrentan una mayor competencia en el ámbito académico y profesional, lo que prolonga en muchos casos la etapa de formación. Además, la globalización ha abierto nuevas oportunidades, pero también ha generado presión por destacar en un entorno cada vez más competitivo.
Por otro lado, la disponibilidad de información y la conectividad han permitido a los jóvenes acceder a más recursos y herramientas para construir su futuro. Sin embargo, también enfrentan desafíos como el desequilibrio entre el tiempo en línea y el tiempo en la vida real, o la presión de construir una imagen ideal en las redes sociales.
En muchos casos, los jóvenes en esta etapa también enfrentan problemas económicos. La crisis laboral en ciertos países, la inestabilidad del mercado y la falta de empleos con futuro, han llevado a que muchos jóvenes posterguen la independencia económica. Esto, a su vez, retrasa la entrada a la adultez plena.
¿Para qué sirve la adultez emergente?
La adultez emergente sirve como un periodo de transición que permite a los jóvenes explorar sus opciones, descubrir sus talentos y prepararse para la adultez plena. Durante esta etapa, se toman decisiones fundamentales que influirán en el resto de la vida, como la elección de carrera, la forma de relacionarse con los demás o el estilo de vida que se quiere llevar.
También es un momento para desarrollar habilidades como la toma de decisiones, la gestión del tiempo, la resiliencia y la autoconciencia. Estas competencias son esenciales para enfrentar los desafíos del mundo adulto con mayor seguridad y madurez.
En resumen, la adultez emergente no es solo una fase de inestabilidad, sino una oportunidad para crecer, aprender y construir una base sólida para el futuro.
Otras formas de referirse a la adultez emergente
La adultez emergente también puede denominarse como juventud tardía, transición a la adultez o etapa intermedia entre la juventud y el adulto. Cada uno de estos términos refleja diferentes enfoques sobre la misma etapa. Por ejemplo, juventud tardía se centra más en la edad y en el contexto cultural, mientras que transición a la adultez resalta el proceso evolutivo.
En algunos contextos académicos o profesionales, también se utiliza el término edad intermedia para describir a personas que aún no han alcanzado su plena madurez, pero ya están asumiendo roles y responsabilidades propios de la adultez. Estos sinónimos son útiles para contextualizar el concepto según el ámbito en el que se esté trabajando.
La adultez emergente en la educación y el empleo
En el ámbito educativo, la adultez emergente se manifiesta en la forma en que los jóvenes eligen sus carreras, participan en programas de formación y buscan oportunidades de desarrollo profesional. Muchos de ellos optan por estudios universitarios, cursos técnicos o formación en el extranjero, buscando no solo un título, sino también experiencias que les permitan construir una identidad laboral sólida.
En el mercado laboral, esta etapa se traduce en una mayor movilidad. Los jóvenes en esta fase tienden a cambiar de empleo con mayor frecuencia, ya sea por insatisfacción, por buscar mejores oportunidades o por seguir un plan de desarrollo profesional. Este patrón refleja una actitud más flexible y orientada a la mejora continua.
El significado de la adultez emergente en la vida personal
La adultez emergente no solo afecta aspectos como la educación o el empleo, sino también la vida personal de los jóvenes. En esta etapa, las relaciones interpersonales toman un rol central. Los jóvenes comienzan a construir amistades más duraderas, forman parejas serias o exploran su orientación sexual y sus valores personales.
Además, esta etapa es crucial para el desarrollo emocional. Muchos jóvenes empiezan a enfrentar problemas como la ansiedad, la depresión o el estrés, lo que los lleva a buscar apoyo en terapias, grupos de apoyo o en sus propios recursos emocionales. Es un momento para aprender a manejar las emociones y a desarrollar una autoestima más firme.
También es común que en esta etapa se reflexione sobre el sentido de la vida, los objetivos a largo plazo y las metas personales. Esta búsqueda de propósito puede manifestarse de muchas maneras, desde la adopción de una filosofía de vida hasta la incorporación a movimientos sociales o causas personales.
¿De dónde proviene el concepto de adultez emergente?
El término adultez emergente fue introducido por primera vez en 1998 por el sociólogo Jeffrey Arnett, en un artículo publicado en la revista *Journal of Adolescence*. Arnett observó que los jóvenes de la década de 1990 no estaban viviendo la transición hacia la adultez de la misma manera que sus generaciones anteriores. En lugar de casarse jóvenes, tener hijos o trabajar en empleos estables, muchos optaban por prolongar sus estudios, viajar por el mundo o vivir con sus padres.
Este fenómeno, que Arnett llamó emerging adulthood, fue inicialmente cuestionado por otros académicos, quienes argumentaban que se trataba de una característica específica de los países desarrollados. Sin embargo, con el tiempo, el concepto fue adoptado en múltiples contextos culturales y se convirtió en un tema central de estudio en sociología, psicología y educación.
Variantes culturales de la adultez emergente
Aunque el concepto de adultez emergente es universal, su expresión varía según el contexto cultural. En sociedades colectivistas, por ejemplo, los jóvenes pueden depender más de su familia durante esta etapa, mientras que en sociedades individualistas, la independencia es valorada en mayor medida. Además, en países con menor acceso a la educación superior, la adultez emergente puede ser más corta o menos definida.
En ciertos contextos, la adultez emergente también puede estar influenciada por factores como la religión, las normas sociales y las expectativas familiares. Por ejemplo, en algunas culturas, los jóvenes son alentados a casarse jóvenes, lo que acelera la entrada a la adultez plena, mientras que en otras, se fomenta la exploración personal y la autonomía.
¿Cuáles son las principales características de la adultez emergente?
Las principales características de la adultez emergente incluyen:
- Exploración de identidad personal y profesional.
- Autonomía creciente, aunque no siempre completa.
- Incertidumbre y búsqueda de estabilidad.
- Desarrollo emocional y social.
- Mayor responsabilidad en decisiones importantes.
Estas características reflejan la complejidad de la etapa y la diversidad de experiencias que pueden tener los jóvenes en esta fase. Aunque cada persona vive la adultez emergente de manera diferente, estas son las líneas generales que la definen.
Cómo usar el término adultez emergente en contextos prácticos
El término adultez emergente se utiliza con frecuencia en campos como la psicología, la educación, la sociología y el desarrollo personal. Por ejemplo, en la psicología, se habla de intervenciones para la adultez emergente para referirse a programas que apoyan a los jóvenes en la transición a la adultez plena.
En el ámbito educativo, se diseñan cursos y talleres dirigidos específicamente a esta etapa, con el objetivo de ayudar a los jóvenes a desarrollar habilidades como el manejo del estrés, la planificación financiera o la toma de decisiones. En el ámbito laboral, se habla de empleabilidad en la adultez emergente para referirse a cómo los jóvenes pueden prepararse para el mercado de trabajo.
El impacto de la pandemia en la adultez emergente
La pandemia de COVID-19 tuvo un impacto significativo en la adultez emergente. Muchos jóvenes vieron interrumpidos sus estudios, sus planes de viaje o su entrada al mercado laboral. La crisis económica que generó la pandemia también afectó la estabilidad financiera de muchos, lo que prolongó la dependencia económica de los jóvenes sobre sus familias.
Además, el aislamiento social y la pérdida de estructura rutinaria afectaron la salud mental de muchos jóvenes en esta etapa, generando ansiedad, depresión y dificultades para establecer relaciones sociales. Sin embargo, también hubo aspectos positivos, como el fortalecimiento de la resiliencia y la adaptación a nuevas formas de trabajo y estudio.
El rol de la tecnología en la adultez emergente
La tecnología desempeña un papel fundamental en la adultez emergente. Las redes sociales, las plataformas de aprendizaje en línea y las herramientas de gestión personal son recursos que los jóvenes utilizan para explorar sus intereses, desarrollar habilidades y conectar con otros.
Sin embargo, el uso excesivo de la tecnología también puede generar problemas como la dependencia digital, la dificultad para desconectar y el impacto negativo en la autoestima debido a la comparación con otros en las redes sociales. Por eso, es importante que los jóvenes en esta etapa aprendan a usar la tecnología de manera consciente y equilibrada.
Vera es una psicóloga que escribe sobre salud mental y relaciones interpersonales. Su objetivo es proporcionar herramientas y perspectivas basadas en la psicología para ayudar a los lectores a navegar los desafíos de la vida.
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