La violencia laboral es un tema crucial en el ámbito laboral, y su definición y alcance han sido abordados por organismos internacionales como la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Este fenómeno no solo afecta la salud física de los trabajadores, sino también su bienestar psicológico y emocional. A continuación, exploraremos en profundidad qué implica la violencia laboral desde la perspectiva de la OIT, sus causas, consecuencias y cómo se puede prevenir.
¿Qué es la violencia laboral según la OIT?
La violencia laboral, según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se define como cualquier forma de conducta no deseada de una persona u organización hacia otra, que se manifiesta en el lugar de trabajo o durante la realización de las tareas laborales. Esto incluye, entre otros, el acoso, la intimidación, la discriminación, el abuso físico o verbal, y cualquier situación que menoscabe el entorno laboral seguro y saludable.
Según el informe de la OIT de 2019 titulado *Violencia y acoso en el lugar de trabajo*, esta problemática afecta a millones de trabajadores en todo el mundo, independientemente de su género, edad o sector económico. La OIT considera que la violencia laboral no solo es un problema de salud pública, sino también un tema de derechos humanos y de justicia laboral.
La OIT ha trabajado activamente en la promoción de políticas y marcos legales que ayuden a prevenir y combatir este tipo de violencia. En 2019, se publicó una nueva Guía sobre Violencia y Acoso en el Trabajo, que busca servir como herramienta para gobiernos, empleadores y trabajadores en la implementación de estrategias efectivas.
También te puede interesar
Cómo la OIT aborda el fenómeno de la violencia en el trabajo
La OIT no solo define la violencia laboral, sino que también propone líneas de acción para abordarla de manera integral. A través de sus diferentes instrumentos legales, como Convenios y Recomendaciones, la organización ha impulsado un enfoque basado en la prevención, la protección y la promoción de un entorno laboral seguro.
Uno de los instrumentos clave es el Convenio sobre Promoción de la Salud y Seguridad en el Trabajo (n.º 155), que, aunque no menciona explícitamente la violencia laboral, establece los fundamentos para crear condiciones de trabajo saludables. Posteriormente, la Guía de 2019 amplía este marco, integrando las dimensiones psicosociales del trabajo y promoviendo una cultura de respeto y dignidad en el lugar de trabajo.
Además, la OIT trabaja en colaboración con sindicatos, gobiernos y organizaciones empresariales para desarrollar políticas nacionales y programas de sensibilización. La idea es que cada país adapte las directrices internacionales a su contexto particular, considerando las leyes laborales vigentes y las características de su mercado de trabajo.
La importancia de la salud mental en el marco de la violencia laboral
Un aspecto fundamental que ha cobrado relevancia en los últimos años es el impacto de la violencia laboral en la salud mental de los trabajadores. La OIT reconoce que el acoso, el hostigamiento y el abuso no solo generan estrés y ansiedad, sino que también pueden derivar en trastornos mentales más graves, como depresión y síndrome de estrés post-traumático.
Por ello, en sus guías, la OIT recomienda que las empresas implementen políticas de bienestar psicosocial, incluyendo programas de apoyo emocional, canales seguros para reportar incidentes y formación en gestión de conflictos. Estas iniciativas no solo benefician a los empleados, sino que también mejoran la productividad y la retención del talento.
Ejemplos de violencia laboral según la OIT
La OIT proporciona diversos ejemplos de conductas que pueden clasificarse como violencia laboral. Algunos de ellos incluyen:
- Acoso sexual o de género: Comportamientos no deseados de naturaleza sexual o relacionados con el género, como comentarios inapropiados, gestos o avances no consentidos.
- Discriminación: Trato desfavorable basado en características como raza, religión, género, orientación sexual o discapacidad.
- Hostigamiento psicológico: Comportamientos intencionados para intimidar, humillar o aislar a un trabajador.
- Abuso de poder: Empleadores que utilizan su posición para coaccionar, amenazar o humillar a empleados.
- Violencia física: Actos de agresión física entre trabajadores o entre empleador y empleado.
La OIT también menciona situaciones como el acoso de origen religioso, político o sindical, así como el acoso por parte de clientes o terceros en el lugar de trabajo. Estos ejemplos subrayan la diversidad de formas en que puede manifestarse la violencia laboral.
El concepto de entorno laboral saludable según la OIT
La OIT promueve el concepto de un entorno laboral saludable como una condición fundamental para prevenir la violencia laboral. Este entorno se caracteriza por la ausencia de amenazas, discriminación o acoso, y se basa en principios como la dignidad, la igualdad y la justicia.
Para lograrlo, la OIT propone que las empresas adopten políticas de gestión de riesgos psicosociales, que incluyen evaluaciones periódicas del clima laboral, mecanismos de participación de los trabajadores y formación del personal en comunicación asertiva. Además, se debe garantizar que los canales de denuncia sean confidenciales y accesibles para todos los empleados.
La OIT también destaca la importancia del liderazgo ético. Un jefe o gerente que fomente el respeto mutuo y que actúe como ejemplo en el comportamiento laboral puede marcar una diferencia significativa en la prevención de la violencia. Por otro lado, una cultura de miedo o de tolerancia al acoso puede perpetuar el problema.
Recopilación de directrices de la OIT sobre violencia laboral
La OIT ha desarrollado una serie de directrices clave para abordar la violencia laboral. Entre ellas se destacan:
- Guía sobre Violencia y Acoso en el Trabajo (2019): Ofrece una definición clara del fenómeno y propone estrategias para su prevención y gestión.
- Convenio sobre Promoción de la Salud y Seguridad en el Trabajo (n.º 155): Establece los principios generales para la protección de los trabajadores.
- Recomendación sobre Promoción de la Salud y Seguridad en el Trabajo (n.º 164): Complementa el Convenio 155 con orientaciones prácticas.
- Informe mundial sobre violencia y acoso laboral (2019): Ofrece una visión global del problema y presenta datos estadísticos.
Estos documentos son recursos fundamentales tanto para los gobiernos como para las empresas que desean implementar políticas efectivas de prevención y protección.
El impacto de la violencia laboral en la productividad y el bienestar
La violencia laboral no solo afecta a las personas de manera individual, sino que también tiene un impacto negativo en la organización como un todo. Cuando los trabajadores viven situaciones de acoso o intimidación, su rendimiento disminuye, su motivación se reduce y la rotación aumenta. Además, la empresa puede enfrentar costos elevados relacionados con ausentismo, conflictos legales y daño a su reputación.
Por otro lado, cuando se implementan estrategias efectivas de prevención y manejo de la violencia laboral, las empresas suelen experimentar mejoras en la productividad, la satisfacción laboral y el clima organizacional. La OIT señala que una cultura laboral respetuosa y segura es esencial para el desarrollo sostenible y el crecimiento económico.
¿Para qué sirve el marco de la OIT sobre violencia laboral?
El marco desarrollado por la OIT sobre violencia laboral sirve para varios propósitos clave:
- Prevenir la violencia: Ofrece herramientas para identificar factores de riesgo y diseñar estrategias de prevención.
- Proteger a los trabajadores: Establece normas que garantizan un entorno laboral seguro y libre de acoso.
- Promover la salud psicosocial: Incluye recomendaciones para mejorar el bienestar emocional de los empleados.
- Fortalecer los sistemas legales: Ayuda a los gobiernos a desarrollar legislaciones adaptadas a las necesidades locales.
- Fomentar la cooperación tripartita: Impulsa el diálogo entre gobiernos, empleadores y trabajadores para resolver conflictos.
Este marco es especialmente útil en contextos donde la violencia laboral es un problema subreportado o donde las leyes laborales son inadecuadas o no se aplican correctamente.
Diferentes expresiones de violencia laboral según la OIT
La OIT reconoce que la violencia laboral puede tomar diversas formas, dependiendo del contexto y las relaciones laborales. Algunas de las expresiones más comunes incluyen:
- Acoso sexual: Conductas no deseadas de naturaleza sexual que afectan la dignidad de la víctima.
- Hostigamiento psicológico: Comportamientos intencionados para intimidar, humillar o aislar a un trabajador.
- Violencia física: Actos de agresión o daño físico entre trabajadores o entre empleador y empleado.
- Discriminación: Trato desigual basado en características personales como género, raza, religión, etc.
- Abuso de poder: Uso inadecuado de la autoridad laboral para coaccionar o maltratar a empleados.
Cada una de estas expresiones requiere una respuesta específica, pero todas comparten el común denominador de afectar negativamente el bienestar de los trabajadores.
La violencia laboral en sectores vulnerables según la OIT
La OIT señala que ciertos sectores y grupos de trabajadores son particularmente vulnerables a la violencia laboral. Entre ellos se encuentran:
- Trabajadores migrantes: Suelen enfrentar condiciones laborales precarias y falta de acceso a mecanismos de protección.
- Trabajadores en sectores no formales: Carecen de estabilidad laboral y protección legal.
- Trabajadores de la economía digital: Como los conductores de plataformas, pueden experimentar acoso por parte de clientes o de compañeros.
- Trabajadores en industrias de alto riesgo: Como la minería, la construcción o la salud, donde el estrés laboral es elevado.
- Trabajadores con discapacidad: Pueden ser víctimas de discriminación o de acoso.
La OIT aboga por políticas inclusivas que aborden las particularidades de estos grupos y aseguren su protección frente a cualquier forma de violencia laboral.
El significado de la violencia laboral según la OIT
La violencia laboral, según la OIT, no es un problema aislado o anecdótico, sino una violación de los derechos fundamentales de los trabajadores. La organización define esta violencia como cualquier acto de intimidación, acoso, discriminación o abuso que se produzca en el lugar de trabajo y que afecte negativamente el bienestar físico, emocional o psicológico del trabajador.
Además, la OIT considera que la violencia laboral es un obstáculo para el desarrollo sostenible, ya que afecta la productividad, la equidad y la cohesión social. Por eso, su lucha contra este fenómeno se enmarca en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), especialmente en los relacionados con el trabajo decente (ODS 8) y la reducción de las desigualdades (ODS 10).
¿Cuál es el origen del concepto de violencia laboral según la OIT?
El concepto de violencia laboral ha evolucionado a lo largo del tiempo, en respuesta a cambios sociales y económicos. Aunque no existe una fecha exacta de su definición por parte de la OIT, el interés por este tema se intensificó durante las décadas de 1980 y 1990, cuando se comenzó a reconocer el impacto de las condiciones psicosociales en la salud de los trabajadores.
En los años 2000, la OIT comenzó a integrar la salud mental en sus políticas de seguridad y salud en el trabajo. El lanzamiento de la Guía sobre Violencia y Acoso en el Trabajo en 2019 marcó un hito importante, ya que fue el primer documento internacional que abordaba el tema de manera sistemática y con una definición clara.
Este avance refleja el compromiso de la OIT con el respeto a los derechos humanos y con la creación de un entorno laboral justo y equitativo para todos.
Otras formas de violencia laboral no mencionadas con anterioridad
Además de las formas ya descritas, la OIT también menciona conductas que, aunque menos visibles, pueden ser consideradas violencia laboral. Estas incluyen:
- Violencia silenciosa: Como el acoso por parte de compañeros de trabajo en forma de rumores, exclusión o crítica constante.
- Violencia institucional: Políticas laborales que, aunque no son explícitamente dañinas, perpetúan desigualdades o tratos injustos.
- Violencia por parte de clientes o usuarios: Conductas no deseadas por parte de clientes hacia trabajadores, especialmente en servicios al público.
Estas formas de violencia pueden ser difíciles de identificar y reportar, pero no por ello son menos dañinas. La OIT recomienda que las empresas adopten una definición amplia de violencia laboral y que implementen mecanismos de prevención y respuesta que aborden todas sus manifestaciones.
¿Cómo se puede prevenir la violencia laboral según la OIT?
La prevención de la violencia laboral es un compromiso compartido entre empleadores, trabajadores y gobiernos. La OIT propone una serie de estrategias clave para lograrlo:
- Implementar políticas de no violencia: Las empresas deben tener normas claras sobre el comportamiento aceptable en el lugar de trabajo.
- Capacitar al personal: Formar a los empleados sobre el reconocimiento, prevención y manejo de la violencia laboral.
- Crear canales de denuncia seguros: Garantizar que los trabajadores puedan reportar incidentes sin temor a represalias.
- Promover una cultura de respeto: Fomentar valores como el respeto, la empatía y la igualdad dentro de la organización.
- Realizar evaluaciones periódicas: Monitorear el clima laboral para identificar y abordar posibles problemas.
Estas acciones no solo protegen a los trabajadores, sino que también fortalecen la sostenibilidad de las organizaciones.
Cómo usar el marco de la OIT para combatir la violencia laboral
El marco de la OIT sobre violencia laboral puede aplicarse en diferentes niveles:
- A nivel gubernamental: Para desarrollar legislaciones nacionales que prohiban la violencia laboral y establezcan sanciones para quienes la cometan.
- A nivel empresarial: Para implementar políticas internas de prevención y gestión de conflictos.
- A nivel sindical: Para promover la participación de los trabajadores en la elaboración y seguimiento de las políticas laborales.
- A nivel internacional: Para apoyar a países en vías de desarrollo en la creación de marcos legales y programas de formación.
Un ejemplo práctico es la cooperación entre la OIT y gobiernos para lanzar campañas de sensibilización o para desarrollar sistemas de denuncia en línea. Estas iniciativas ayudan a visibilizar el problema y a ofrecer soluciones concretas.
La importancia de la educación y formación en la lucha contra la violencia laboral
La educación y la formación son herramientas clave para prevenir la violencia laboral. La OIT recomienda que las empresas incluyan programas de sensibilización sobre los derechos de los trabajadores, los tipos de violencia que pueden existir y cómo actuar frente a ellas. Algunos ejemplos incluyen:
- Capacitación en gestión de conflictos: Para enseñar a los empleados a resolver desacuerdos de manera pacífica.
- Formación en igualdad y diversidad: Para promover un entorno laboral inclusivo y respetuoso.
- Sesiones de prevención de acoso: Para identificar y prevenir comportamientos inapropiados antes de que se conviertan en un problema grave.
Estos programas no solo benefician a los trabajadores, sino que también ayudan a los líderes empresariales a crear un clima laboral saludable y productivo.
El rol de los sindicatos en la lucha contra la violencia laboral
Los sindicatos juegan un papel fundamental en la lucha contra la violencia laboral. Actúan como interlocutores entre los trabajadores y los empleadores, garantizando que las voces de los empleados sean escuchadas. Además, los sindicatos pueden:
- Promover la negociación colectiva: Para incluir cláusulas sobre prevención de la violencia laboral en los contratos colectivos.
- Ofrecer apoyo a las víctimas: Proporcionar recursos legales, psicológicos y emocionales a los trabajadores afectados.
- Organizar campañas de sensibilización: Para educar tanto a empleadores como a empleados sobre los riesgos de la violencia laboral.
- Monitorear las condiciones laborales: Para detectar y denunciar situaciones de acoso o discriminación.
La OIT apoya activamente la participación sindical en la promoción de un entorno laboral seguro y justo.
Yara es una entusiasta de la cocina saludable y rápida. Se especializa en la preparación de comidas (meal prep) y en recetas que requieren menos de 30 minutos, ideal para profesionales ocupados y familias.
INDICE