Según Emilia Ferreiro qué es la escritura

La escritura es una herramienta fundamental en la comunicación humana, pero también es un proceso complejo que se desarrolla a lo largo del desarrollo cognitivo del niño. Cuando se habla de la teoría de la escritura desde la perspectiva de Emilia Ferreiro, se está abordando una mirada pedagógica y psicológica que ha influido profundamente en la enseñanza de la lengua escrita. Ferreiro, junto con Ana Teberosky, propuso una teoría que describe cómo los niños construyen progresivamente el conocimiento sobre el sistema de escritura, pasando por distintas fases desde lo prealfabético hasta lo convencional.

En este artículo exploraremos a fondo la visión de Ferreiro sobre la escritura, cómo define su proceso de adquisición, qué etapas atraviesan los niños y por qué su teoría sigue siendo relevante en la educación actual. Además, veremos ejemplos prácticos, aplicaciones en el aula y cómo esta teoría puede ayudar a los docentes a mejorar su enfoque en la enseñanza de la lectoescritura.

¿Qué es la escritura según Emilia Ferreiro?

Para Emilia Ferreiro, la escritura no es algo que se enseña de forma mecánica, sino que se construye de manera progresiva por parte del niño a través de su interacción con el entorno. La escritura, según su teoría, es un sistema simbólico que representa el lenguaje hablado, y su adquisición implica comprender que hay una relación entre los sonidos de la palabra y los signos que los representan en la escritura.

Ferreiro y Teberosky propusieron que los niños pasan por etapas en la escritura, desde lo que llamaron escritura prealfabética, donde los niños usan signos convencionales para representar palabras enteras, hasta la escritura silábica, en la que empiezan a representar partes de las palabras con símbolos que guardan relación con su pronunciación. Finalmente, alcanzan la escritura alfabética, en la que ya comprenden el sistema de representación fonológica.

Una curiosidad interesante es que Ferreiro fue pionera en estudiar la escritura infantil antes de que los niños fueran formalmente instruidos. Sus observaciones mostraron que incluso sin enseñanza directa, los niños son capaces de crear sistemas simbólicos para representar el lenguaje, lo que demostró que la escritura es una construcción natural del pensamiento humano.

El aprendizaje de la escritura en la perspectiva constructivista

Ferreiro ve el aprendizaje de la escritura a través de una lente constructivista, es decir, como un proceso en el que los niños construyen su conocimiento sobre la escritura mediante la experimentación, la observación y la interacción con otros hablantes. En este marco, el niño no es un recipiente pasivo que recibe información, sino un sujeto activo que genera hipótesis sobre cómo funciona el sistema escrito.

Este enfoque implica que los errores en la escritura no son signos de deficiencia, sino parte del proceso de exploración y construcción. Por ejemplo, un niño que escribe casa como kas no está equivocado, sino que está probando una hipótesis sobre la relación entre sonidos y letras. Este tipo de escritura, conocida como escritura inventada, es una herramienta valiosa para que los niños avancen hacia la escritura convencional.

Además, Ferreiro destacó la importancia de los contextos significativos de escritura, como escribir notas, listas o mensajes, para que los niños vean la utilidad práctica de la escritura. Este enfoque no solo fomenta la motivación, sino que también permite que los niños desarrollen una comprensión funcional del sistema escrito.

La importancia de los contextos de uso en la escritura

Uno de los aspectos que Ferreiro resalta es la relevancia de los contextos de uso de la escritura en el desarrollo de las habilidades de los niños. Para ella, escribir no es solo un ejercicio de reproducción de sonidos en símbolos, sino una herramienta de comunicación con un propósito real. Esto significa que los niños deben escribir para alguien y sobre algo que les interese o les sea útil.

Por ejemplo, cuando un niño escribe una carta a un familiar, una lista de compras o un mensaje para un compañero, está involucrado en una situación comunicativa auténtica. Estos contextos permiten que el niño construya significados, establezca intenciones comunicativas y experimente con la escritura de manera natural.

Este enfoque también permite que los docentes evalúen el progreso del niño no solo desde el punto de vista de la corrección ortográfica, sino desde la capacidad de usar la escritura como herramienta para expresar ideas, organizar pensamientos y comunicarse con otros. Esta visión más amplia de la escritura permite una evaluación más rica y comprensiva del desarrollo del niño.

Ejemplos de escritura según Emilia Ferreiro

Ferreiro y Teberosky documentaron numerosos ejemplos de escritura infantil para mostrar cómo los niños construyen progresivamente el sistema escrito. Algunos de estos ejemplos incluyen:

• Escritura prealfabética: Un niño escribe casa como XXX o CASA con mayúsculas y sin relación con el sonido.
• Escritura silábica: El niño empieza a representar cada sílaba con un símbolo, como casa escrito como CASA.
• Escritura alfabética: El niño empieza a usar letras que representan sonidos individuales, como casa escrito como CASA, pero con errores fonéticos, como KASA.

A través de estos ejemplos, Ferreiro mostró que los niños no cometen errores al azar, sino que están probando hipótesis sobre cómo funciona el sistema escrito. Estos ejemplos también ayudan a los docentes a reconocer el nivel de desarrollo de cada niño y a planificar actividades que apoyen su progreso.

La escritura como proceso de representación simbólica

Desde la perspectiva de Ferreiro, la escritura es un proceso de representación simbólica que implica comprender que los símbolos escritos tienen una relación convencional con los sonidos de la lengua hablada. Esto no es evidente para los niños, por lo que su aprendizaje debe pasar por etapas en las que van explorando y ajustando sus hipótesis.

Una de las ideas clave de Ferreiro es que la escritura no se reduce a la escritura alfabética desde el principio. Antes de comprender el sistema fonológico, los niños pueden usar otros sistemas de representación, como dibujos, símbolos inventados o combinaciones de letras que no siguen las reglas convencionales. Estos sistemas, aunque no sean ortográficamente correctos, son válidos y necesarios para el proceso de aprendizaje.

Por ejemplo, un niño puede escribir perro como PRR porque está representando el sonido inicial y algunas características visuales de la palabra. Este tipo de escritura permite al niño experimentar con la relación entre el habla y la escritura, y es un paso fundamental hacia la escritura convencional.

Recopilación de fases en el aprendizaje de la escritura según Ferreiro

Emilia Ferreiro identificó varias fases en el proceso de adquisición de la escritura, las cuales reflejan la progresión desde lo más intuitivo hasta lo más convencional. Estas fases son:

• Escritura prealfabética: El niño no representa los sonidos de la palabra, sino que usa signos convencionales para representar palabras enteras.
• Escritura silábica: El niño empieza a representar cada sílaba con un símbolo, pero no necesariamente representa todos los sonidos.
• Escritura alfabética: El niño comienza a representar cada sonido con una letra, aunque aún cometa errores fonéticos.
• Escritura convencional: El niño escribe con reglas ortográficas y fonéticas correctas, alcanzando el dominio de la escritura.

Cada una de estas fases se puede observar en la escritura de los niños y permite a los docentes comprender el nivel de desarrollo de cada uno. Además, estas fases ayudan a los educadores a diseñar actividades que respondan a las necesidades específicas de los niños en cada etapa.

La evolución del pensamiento sobre la escritura infantil

La teoría de Ferreiro marcó un antes y un después en la comprensión del aprendizaje de la escritura en la infancia. Antes de su aporte, se creía que los niños necesitaban un aprendizaje formal y sistemático para adquirir la escritura. Sin embargo, Ferreiro demostró que los niños son capaces de construir su conocimiento sobre la escritura de manera espontánea, incluso sin instrucción formal.

Esta visión revolucionaria permitió que los docentes comenzaran a valorar la escritura de los niños no como un error, sino como una construcción activa de conocimiento. Además, impulsó el desarrollo de metodologías de enseñanza que respetan el ritmo y las hipótesis de cada niño, fomentando un aprendizaje más significativo y motivador.

En la actualidad, muchas escuelas aplican estrategias basadas en la teoría de Ferreiro, como la escritura inventada, la lectura compartida y el uso de textos auténticos, para facilitar el proceso de adquisición de la escritura de una manera más natural y efectiva.

¿Para qué sirve la teoría de Emilia Ferreiro sobre la escritura?

La teoría de Emilia Ferreiro sobre la escritura tiene múltiples aplicaciones prácticas en el ámbito educativo. Su enfoque constructivista permite a los docentes comprender cómo los niños construyen el conocimiento sobre la escritura y cómo pueden apoyar ese proceso de manera efectiva. Además, su teoría ayuda a los docentes a:

• Identificar el nivel de desarrollo de cada niño en la escritura.
• Diseñar actividades que respondan a las necesidades individuales de los niños.
• Fomentar la escritura como una herramienta de comunicación real y significativa.
• Evaluar el progreso de los niños de manera más comprensiva, sin centrarse solo en la corrección ortográfica.

Por ejemplo, un docente puede usar la escritura inventada para permitir que los niños expresen sus ideas sin preocuparse por los errores, lo que fomenta la confianza y la creatividad. También puede usar la escritura en contextos auténticos, como escribir cartas a familiares o crear listas de compras, para que los niños vean la utilidad de la escritura en la vida cotidiana.

La escritura como proceso de construcción simbólica

Desde el punto de vista de Ferreiro, la escritura no es solo un sistema de representación de sonidos, sino un proceso de construcción simbólica que implica comprender que los símbolos escritos tienen una función comunicativa. Esto significa que los niños no solo aprenden a escribir palabras, sino que también aprenden a usar la escritura para expresar ideas, organizar pensamientos y comunicarse con otros.

Este proceso de construcción simbólica se desarrolla a través de la interacción con el entorno, donde los niños observan cómo los adultos usan la escritura y cómo ellos mismos pueden imitar y experimentar con los signos escritos. A medida que los niños avanzan en su conocimiento, van ajustando sus hipótesis sobre cómo funciona el sistema escrito, lo que les permite ir acercándose al sistema convencional.

Un ejemplo práctico es cuando un niño empieza a usar la escritura para dejar mensajes para sus compañeros o para recordar algo que quiere hacer. Estos usos de la escritura no solo refuerzan su comprensión del sistema simbólico, sino que también le dan un propósito real y motivador.

La escritura como herramienta de desarrollo cognitivo

Además de ser una herramienta de comunicación, la escritura también es una herramienta poderosa para el desarrollo cognitivo del niño. Según Ferreiro, escribir implica organizar ideas, planificar el discurso y reflexionar sobre la lengua. Este proceso ayuda al niño a desarrollar habilidades metalingüísticas, es decir, la capacidad de pensar sobre el lenguaje como un sistema.

Por ejemplo, cuando un niño escribe una historia, debe organizar las ideas, decidir qué información incluir y cómo estructurar las frases. Este tipo de actividades fomenta el pensamiento lógico, la creatividad y la capacidad de expresar ideas con claridad. Además, escribir permite al niño reflexionar sobre el funcionamiento de la lengua, lo que facilita el aprendizaje de la lectura.

Por otro lado, la escritura también ayuda al niño a desarrollar su identidad y a construir una relación con el mundo escrito. A través de la escritura, el niño puede dejar su huella, expresar sus emociones y participar en la cultura escrita de su comunidad.

El significado de la escritura según Emilia Ferreiro

Para Emilia Ferreiro, la escritura no es solo una herramienta para transmitir información, sino una representación simbólica del lenguaje hablado. Esto implica que la escritura está basada en convenciones sociales que no son evidentes para los niños, por lo que su adquisición requiere un proceso de construcción activa por parte del niño.

Ferreiro destacó que la escritura es un sistema que representa el lenguaje hablado a través de símbolos convencionales. Esto significa que no hay una relación directa entre la palabra hablada y la escrita, sino que hay una convención social que establece qué signos representan qué sonidos. Este sistema es complejo y requiere que los niños lo construyan progresivamente, a través de su interacción con el entorno.

Por ejemplo, un niño puede aprender que la palabra perro se escribe con las letras p, e, r, r, o, pero no necesariamente comprende que cada letra representa un sonido específico. Este proceso de comprensión no es inmediato, sino que se desarrolla a lo largo de varias etapas, como las descritas por Ferreiro.

¿De dónde surge la teoría de Emilia Ferreiro sobre la escritura?

La teoría de Emilia Ferreiro sobre la escritura tiene sus raíces en el estudio de los niños que no habían sido formalmente instruidos en la lectoescritura. Ferreiro y Teberosky llevaron a cabo observaciones detalladas de cómo los niños pequeños usaban la escritura de manera espontánea, incluso antes de recibir enseñanza formal.

Estas observaciones les permitieron identificar patrones en la escritura de los niños, lo que les llevó a formular su teoría sobre las etapas del aprendizaje de la escritura. Su trabajo fue publicado en la obra *El niño, las escrituras y la escuela*, donde presentaron su modelo teórico y las implicaciones pedagógicas.

La importancia de su trabajo radica en que cambió la manera en que se entendía el aprendizaje de la escritura, pasando de un enfoque pasivo a uno activo, donde el niño es el sujeto que construye su conocimiento. Este enfoque ha influido en múltiples programas educativos en todo el mundo, especialmente en América Latina.

La escritura como proceso de aprendizaje progresivo

Ferreiro enfatizó que el aprendizaje de la escritura no es un proceso lineal, sino progresivo, donde los niños construyen su conocimiento a través de hipótesis, errores y ajustes. Cada etapa del proceso refleja una comprensión más avanzada del sistema escrito, y el niño no pasa de una fase a otra de manera abrupta, sino que va experimentando y refinando sus conocimientos.

Este enfoque implica que los docentes deben estar atentos a las hipótesis que formulan los niños sobre la escritura y apoyarlas con actividades que permitan explorar esas ideas. Por ejemplo, si un niño escribe una palabra con menos letras de las que debería tener, el docente puede usar esto como un punto de partida para una conversación sobre cómo se forman las palabras y cómo se representan los sonidos en la escritura.

Además, Ferreiro destacó que los errores no deben ser corregidos de forma autoritaria, sino que deben ser analizados con el niño para que él mismo identifique y ajuste su conocimiento. Este enfoque fomenta la autonomía del niño y le permite construir su comprensión del sistema escrito de manera más significativa.

¿Cómo se aplica la teoría de Emilia Ferreiro en la práctica docente?

La teoría de Emilia Ferreiro no solo es teórica, sino que también tiene aplicaciones prácticas en el aula. Los docentes pueden usar su enfoque para diseñar actividades que respeten el ritmo de aprendizaje de los niños y que fomenten la exploración y la experimentación con la escritura. Algunas estrategias incluyen:

• Escritura inventada: Permitir que los niños escriban con sus propias hipótesis sobre los sonidos y las letras, sin corregir inmediatamente los errores.
• Contextos auténticos de escritura: Crear oportunidades para que los niños escriban cartas, listas, notas o mensajes con un propósito real.
• Lectura compartida: Leer libros con los niños y discutir cómo se escriben las palabras, fomentando la conciencia fonológica.
• Reflexión sobre la escritura: Incentivar a los niños a pensar sobre cómo escriben, por qué escriben ciertas letras y qué significan.

Estas estrategias no solo ayudan a los niños a desarrollar habilidades de escritura, sino que también les permiten construir una relación más positiva con la lengua escrita.

Cómo usar la escritura según Emilia Ferreiro y ejemplos de aplicación

Usar la escritura desde la perspectiva de Emilia Ferreiro implica fomentar un enfoque activo y exploratorio por parte del niño. Esto se traduce en una serie de estrategias prácticas que pueden aplicarse tanto en el aula como en el hogar. Por ejemplo:

• Escribir para comunicarse: Fomentar que los niños escriban mensajes para sus compañeros, cartas a la familia o notas para recordar algo importante.
• Explorar la escritura con libros: Leer libros con los niños y pedirles que intenten escribir palabras que conozcan, ayudándolos a relacionar lo escrito con lo hablado.
• Jugar con la escritura: Usar juegos como el bingo, el memory o el ahorcado para practicar palabras y letras de manera lúdica.

Un ejemplo práctico es cuando un docente organiza una actividad en la que los niños escriben su nombre en diferentes formatos: con mayúsculas, con minúsculas, con dibujos, con letras inventadas, etc. Esta actividad permite que los niños exploren las diferentes formas de representar su nombre y comparen sus escrituras con las de sus compañeros.

La importancia de la escritura en la educación inicial

La escritura en la educación inicial no solo es un objetivo en sí mismo, sino una herramienta fundamental para el desarrollo integral del niño. Según Ferreiro, la escritura es una herramienta que permite al niño organizar sus pensamientos, expresar sus ideas y participar en la cultura escrita de su comunidad. Por eso, es fundamental introducir la escritura desde edades tempranas, no como una habilidad aislada, sino como parte de un proceso de desarrollo del lenguaje.

En la educación inicial, la escritura debe estar integrada con la lectura, la oralidad y otras formas de expresión. Esto permite que los niños vean la escritura como una herramienta más para comunicarse, no solo para cumplir con tareas escolares. Además, esta integración favorece la construcción de un conocimiento más rico y significativo sobre la lengua.

La evolución de la teoría de Ferreiro en la enseñanza actual

La teoría de Emilia Ferreiro ha tenido una influencia duradera en la enseñanza de la lectoescritura, no solo en América Latina, sino en todo el mundo. Hoy en día, muchas metodologías de enseñanza se inspiran en su enfoque constructivista, respetando el ritmo de aprendizaje de los niños y fomentando la exploración y la experimentación con la escritura.

Además, la teoría de Ferreiro ha sido adaptada a contextos multiculturales y multilingües, donde se ha aplicado para comprender cómo los niños de diferentes culturas y lenguas construyen su conocimiento sobre la escritura. Esto ha permitido que su enfoque sea más inclusivo y accesible para una diversidad de estudiantes.

En conclusión, la teoría de Ferreiro no solo ha transformado la comprensión del aprendizaje de la escritura, sino que también ha influido profundamente en la práctica docente, ofreciendo una base sólida para el diseño de estrategias efectivas y significativas en la enseñanza de la lengua escrita.