En el mundo del periodismo, la comunicación audiovisual y el análisis de medios, el término desarrollar el encuadre se refiere al proceso de dar forma y profundidad a una narrativa, desde una perspectiva específica. Este concepto, aunque técnicamente relacionado con la producción de contenidos, tiene un impacto profundo en cómo se perciben los hechos por el público. En este artículo, exploraremos a fondo qué implica desarrollar el encuadre, su relevancia en la comunicación moderna, y cómo se aplica en distintos contextos.
¿Qué significa desarrollar el encuadre?
Desarrollar el encuadre implica establecer una narrativa clara, coherente y con un enfoque específico sobre un tema, hecho o evento. Este enfoque determina qué aspectos se resaltan, qué fuentes se incluyen y qué perspectiva se presenta al público. En esencia, el encuadre actúa como un filtro que selecciona y organiza la información para transmitir una determinada interpretación.
Este proceso no solo afecta el contenido, sino también la percepción del lector o espectador. Por ejemplo, dos medios pueden cubrir el mismo evento, pero si uno se enfoca en el impacto económico y otro en el social, se estarán desarrollando encuadres completamente distintos. El encuadre, entonces, no es neutro: es una herramienta estratégica que influye en cómo se entienden los hechos.
Un dato interesante es que el concepto del encuadre se originó en la teoría de la comunicación en la década de 1970, con el trabajo de scholars como Robert Entman. Estos estudios destacaron cómo los medios no solo informan, sino que también interpretan y contextualizan los eventos, lo cual tiene consecuencias significativas en la opinión pública.
También te puede interesar
La importancia del encuadre en la comunicación
El encuadre no es solo un elemento técnico de producción, sino un instrumento poderoso de influencia social. En la comunicación, el encuadre define qué es relevante y qué se omite, qué se presenta como positivo o negativo, y qué actores se destacan. Esto tiene un impacto directo en cómo la audiencia interpreta la información.
Por ejemplo, en un reportaje sobre una huelga laboral, un medio podría encuadrar la situación desde la perspectiva de los trabajadores, mostrando sus demandas y luchas, mientras que otro podría centrarse en las afectaciones a la economía y el descontento empresarial. Aunque ambos presentan la misma noticia, el enfoque diferente genera percepciones contrastantes.
Además, el encuadre también afecta a la legitimidad de los actores involucrados. Si un medio encuadra a un movimiento social como pacífico y a sus opositores como obstaculizadores, está ya estableciendo un juicio de valor. Esta práctica, aunque común, puede generar sesgos y polarizar aún más a la audiencia.
El encuadre y la narrativa mediática
Una cuestión clave que no se ha mencionado hasta ahora es cómo el encuadre interactúa con la narrativa mediática. Cada noticia está inserta en una historia más amplia que el medio decide contar. El encuadre, por tanto, no se limita a una única noticia, sino que se entrelaza con una serie de informaciones que refuerzan una línea editorial o una agenda política.
Por ejemplo, en cubrimientos de política, los medios pueden desarrollar un encuadre que favorezca a un partido político en específico, destacando sus logros y minimizando sus errores. Esta narrativa, repetida a lo largo de varios reportajes, puede moldear la percepción del público de manera sutil pero efectiva.
Asimismo, en la comunicación digital, donde el contenido se consume de manera más fragmentada, el encuadre se adapta a las plataformas. Las redes sociales, por ejemplo, tienden a resaltar encuadres más emocionales o polémicos, ya que generan mayor engagement. Esto refuerza aún más la importancia de comprender cómo se construyen los encuadres.
Ejemplos de cómo se desarrolla el encuadre
Para comprender mejor cómo se desarrolla el encuadre, podemos analizar algunos ejemplos prácticos. Imagina que se presenta un conflicto social en una ciudad. Un medio podría desarrollar el encuadre desde la perspectiva de las autoridades, resaltando las acciones tomadas para resolver el problema, mientras que otro podría encuadrarlo desde la voz de los ciudadanos afectados, mostrando sus demandas y sufrimientos.
Otro ejemplo es el de una campaña electoral. Un medio puede encuadrar a un candidato como innovador y progresista, destacando sus propuestas y apoyo en redes, mientras que otro medio podría encuadrarlo como inestable y sin experiencia, enfatizando sus errores o polémicas.
También en la comunicación científica, el encuadre es clave. Por ejemplo, un estudio sobre el cambio climático puede desarrollarse desde un enfoque alarmista, destacando los peores escenarios, o desde un enfoque esperanzador, enfatizando soluciones y avances tecnológicos. Ambos encuadres son válidos, pero transmiten mensajes muy diferentes.
El encuadre como herramienta de posicionamiento ideológico
El encuadre no solo es una herramienta de comunicación, sino también de posicionamiento ideológico. En la política, los medios suelen desarrollar encuadres que reflejan sus valores y orientaciones. Esto puede verse en cómo se presentan a los partidos políticos, a los políticos o a ciertos temas de interés público.
Por ejemplo, un medio de derecha podría encuadrar un debate sobre reformas migratorias desde un enfoque de seguridad y control, mientras que un medio de izquierda podría presentarlo desde una perspectiva de derechos humanos y justicia social. Ambas versiones son legítimas, pero presentan realidades distintas, lo que refuerza la diversidad de perspectivas en la opinión pública.
Además, en los medios independientes o alternativos, el encuadre puede servir para dar visibilidad a temas que son ignorados por los grandes medios tradicionales. Estos encuadres pueden ser más críticos, más comunitarios o más centrados en la experiencia personal, lo que enriquece el panorama informativo.
5 ejemplos de encuadres en la prensa actual
- Encuadre ambientalista: Un medio puede destacar la urgencia del cambio climático, mostrando imágenes impactantes de desastres naturales y entrevistando a activistas.
- Encuadre tecnológico: En una noticia sobre inteligencia artificial, el medio puede resaltar los avances científicos, los riesgos éticos o el impacto en el empleo.
- Encuadre social: En un reportaje sobre desigualdad, se puede enfatizar la lucha de los movimientos sociales o los esfuerzos gubernamentales por reducir la brecha.
- Encuadre económico: Un artículo sobre una crisis financiera puede mostrar el impacto en las familias o analizar las decisiones de los bancos y gobiernos.
- Encuadre cultural: En una noticia sobre una manifestación, se puede resaltar su raíz histórica, su expresión artística o su impacto en la comunidad.
El encuadre en la era digital
En el contexto digital, el desarrollo del encuadre ha evolucionado de forma notable. Las plataformas de redes sociales, los algoritmos de recomendación y la interacción directa con el usuario han transformado cómo se construyen y consumen los encuadres.
Por un lado, las redes sociales permiten que los usuarios participen activamente en la construcción del encuadre, compartiendo, comentando o reenfocando noticias. Por otro lado, los algoritmos tienden a reforzar los encuadres que ya existen, creando burbujas de información donde solo se ven contenidos similares.
Este fenómeno tiene implicaciones importantes para la democracia y la educación mediática. Si los usuarios solo ven encuadres que refuerzan sus creencias, es difícil que desarrollen una comprensión equilibrada de los hechos. Por eso, es fundamental que los ciudadanos sean capaces de reconocer y analizar los encuadres de los medios que consumen.
¿Para qué sirve desarrollar el encuadre?
El desarrollo del encuadre sirve, fundamentalmente, para dar coherencia y propósito a un mensaje. En el periodismo, esto ayuda a que la audiencia entienda qué es lo realmente relevante en una noticia. En la comunicación institucional, permite a las organizaciones presentar su mensaje de manera estratégica. En el ámbito audiovisual, el encuadre define la narrativa visual, lo que es crucial para captar la atención del espectador.
También sirve para contextualizar el contenido. Por ejemplo, en un reportaje sobre un conflicto internacional, el encuadre puede incluir información histórica, datos socioeconómicos o testimonios de expertos, para dar una visión más completa. Además, el encuadre permite a los comunicadores mantener un tono coherente a lo largo de una serie de contenidos, lo que fortalece la identidad del medio o la marca.
Variantes del encuadre en la comunicación
Existen varias variantes del encuadre que se utilizan en la comunicación, cada una con su propósito específico. El encuadre narrativo se enfoca en contar una historia con personajes, conflictos y resolución. El encuadre analítico presenta la información de manera descriptiva, con datos y análisis. El encuadre emocional busca conectar con el lector a nivel personal, evocando sentimientos como empatía o indignación.
Otra variante es el encuadre visual, que define qué imágenes se usan y cómo se presentan. En videos o gráficos, el encuadre visual puede ser tan poderoso como el texto. Por ejemplo, una imagen de una protesta mostrando a los manifestantes con rostros cansados y determinados tiene un impacto muy diferente a otra que los muestra como agresivos o caóticos.
También existe el encuadre simbólico, que utiliza metáforas, símbolos o representaciones para transmitir un mensaje. Este tipo de encuadre es común en la propaganda o en campañas políticas, donde se usan imágenes y frases con doble sentido para influir en la percepción del público.
El encuadre en la narrativa audiovisual
En el ámbito de la televisión, el cine y el streaming, el encuadre también juega un papel fundamental. Aquí, el encuadre no solo se refiere al enfoque narrativo, sino también al uso de la cámara, la iluminación, el sonido y la edición. Cada decisión técnica contribuye a construir una narrativa específica.
Por ejemplo, en una película, el encuadre puede ser usado para mostrar la tensión entre personajes. Un plano de cuerpo entero puede indicar distancia o conflicto, mientras que un primer plano puede transmitir emoción o intimidad. En series documentales, el encuadre puede servir para presentar una historia desde una perspectiva humana, evitando juicios de valor.
En la televisión, el encuadre también define cómo se presenta a los anfitriones, invitados o temas tratados. Un programa de debate puede desarrollar un encuadre polarizado, donde se presentan opiniones extremas, o un encuadre más equilibrado, con expertos de diferentes disciplinas.
El significado de desarrollar el encuadre
Desarrollar el encuadre es un proceso intencional que busca dar forma a la información de manera que sea comprensible, relevante y efectiva para la audiencia. Este proceso implica seleccionar qué elementos incluir, qué omitir, qué fuentes usar y qué lenguaje emplear. En esencia, el encuadre es una herramienta de narrativa que permite construir una interpretación coherente de un hecho o evento.
Este proceso no solo afecta al contenido, sino también al mensaje subyacente. Por ejemplo, si un medio desarrolla el encuadre de una noticia sobre un desastre natural desde una perspectiva humanitaria, puede enfatizar la solidaridad y la resiliencia, mientras que un encuadre desde una perspectiva económica puede destacar los costos y las afectaciones al sector productivo.
Además, el encuadre tiene un impacto directo en la percepción de la audiencia. Un encuadre bien desarrollado puede aclarar un tema complejo, mientras que uno mal desarrollado puede generar confusiones o malentendidos. Por eso, es fundamental que los comunicadores sean conscientes de cómo desarrollan el encuadre y de sus implicaciones.
¿De dónde viene el concepto de encuadre?
El concepto de encuadre (o *framing*, en inglés) tiene sus raíces en la teoría de la comunicación y en la psicología social. En la década de 1970, el académico Robert Entman acuñó el término para describir cómo los medios seleccionan, resaltan y contextualizan información para influir en la percepción pública. Su trabajo destacó que los medios no solo informan, sino que también interpretan la realidad de una manera específica.
Antes de Entman, otros teóricos como Erving Goffman habían explorado la idea de que las personas y las instituciones presentan su realidad de una manera que favorece su imagen. Goffman hablaba de esto como gestión de la impresión, una idea que se relaciona estrechamente con el encuadre en la comunicación.
El concepto se ha ido desarrollando a lo largo de las décadas, adaptándose a los cambios en los medios de comunicación. Hoy en día, el encuadre es una herramienta esencial en la comunicación moderna, ya sea en medios tradicionales o en plataformas digitales.
Más sobre el encuadre y sus aplicaciones
El encuadre no solo es relevante en el periodismo, sino también en la publicidad, la política, la educación y la comunicación organizacional. En cada uno de estos campos, el encuadre se utiliza de manera diferente, pero con el mismo propósito: influir en la percepción del receptor.
En la publicidad, por ejemplo, el encuadre se usa para presentar un producto de manera atractiva, resaltando sus beneficios y minimizando sus desventajas. En la política, los discursos de los líderes suelen estar encuadrados para transmitir una determinada visión del mundo y ganar apoyo.
En la educación, el encuadre puede determinar cómo se presentan los temas históricos, científicos o sociales, lo que tiene un impacto directo en el aprendizaje y la formación de los estudiantes. Por eso, es fundamental que los docentes sean conscientes del encuadre que desarrollan en sus clases.
¿Cómo se desarrolla el encuadre en la práctica?
El desarrollo del encuadre en la práctica implica una serie de pasos que van desde la selección de la información hasta la presentación final del contenido. En primer lugar, se define el objetivo del encuadre: ¿se busca informar, persuadir, educar o entretener? Luego, se eligen las fuentes más adecuadas, considerando su credibilidad y relevancia.
A continuación, se organiza la información de manera coherente, estableciendo una estructura narrativa que guíe al lector o espectador. Se eligen las palabras, imágenes, sonidos y formatos que mejor transmitan el mensaje. Finalmente, se revisa el contenido para asegurarse de que el encuadre sea claro, equilibrado y efectivo.
Es importante destacar que el desarrollo del encuadre no es un proceso lineal. Puede haber retroalimentación, ajustes y modificaciones a lo largo del proceso. Además, en entornos colaborativos, como un equipo de redacción o producción, el encuadre puede evolucionar según las contribuciones de los distintos miembros.
Cómo usar el encuadre y ejemplos de uso
Para usar el encuadre de manera efectiva, es fundamental tener claros los objetivos del mensaje. Por ejemplo, si se quiere promover una campaña de salud, el encuadre debe resaltar los beneficios de la prevención, usando lenguaje accesible y ejemplos concretos. Si se trata de informar sobre un evento político, el encuadre debe presentar los hechos de manera neutral, aunque inevitablemente refleje una perspectiva.
Un ejemplo práctico es un artículo sobre el cambio climático. Un encuadre positivo podría destacar las soluciones ya implementadas, como energías renovables o políticas de sostenibilidad. Un encuadre negativo podría enfatizar los efectos catastróficos si no se toman medidas. Ambos son válidos, pero transmiten mensajes muy distintos.
Otro ejemplo es una entrevista con un científico. Si el encuadre se centra en el impacto social de su investigación, el mensaje será más accesible al público general. Si, por el contrario, se enfoca en los detalles técnicos, el contenido puede resultar complejo y abrumador.
El encuadre y la responsabilidad ética
Un aspecto que no se ha abordado con profundidad es la responsabilidad ética del desarrollador del encuadre. Dado que el encuadre tiene el poder de moldear la percepción pública, los comunicadores tienen una obligación de ser transparentes y equilibrados en su uso. Esto incluye reconocer las fuentes, evitar manipulaciones evidentes y presentar múltiples perspectivas cuando sea posible.
En un mundo donde la desinformación y el sesgo político son preocupaciones crecientes, el encuadre ético se convierte en un pilar fundamental de la comunicación responsable. Los medios que desarrollan encuadres manipuladores o engañosos no solo dañan su credibilidad, sino que también contribuyen a la polarización y la desconfianza en las instituciones.
Por eso, es importante que los comunicadores reciban formación en ética de la comunicación, aprendiendo a reconocer sus propios sesgos y a construir encuadres que sean justos, precisos y respetuosos con la audiencia.
El futuro del encuadre en la comunicación
A medida que la tecnología avanza, el encuadre también evoluciona. En la era de la inteligencia artificial, los algoritmos no solo consumen contenidos, sino que también los producen. Esto plantea nuevas preguntas sobre quién desarrolla el encuadre, cómo se hace y quién lo controla.
Además, con la expansión de los medios alternativos y la comunicación ciudadana, el encuadre ya no es exclusivo de los grandes medios tradicionales. Las personas pueden construir sus propios encuadres a través de blogs, redes sociales y plataformas de video. Esta democratización de la comunicación trae oportunidades, pero también desafíos.
En el futuro, será fundamental que los ciudadanos sean capaces de identificar, analizar y construir sus propios encuadres. La educación mediática y la alfabetización digital serán clave para navegar en un mundo donde la información está más disponible, pero también más fragmentada y subjetiva.
Vera es una psicóloga que escribe sobre salud mental y relaciones interpersonales. Su objetivo es proporcionar herramientas y perspectivas basadas en la psicología para ayudar a los lectores a navegar los desafíos de la vida.
INDICE